viernes, 10 de agosto de 2007

Fecundación

Cuando dos personas, dos seres vivos llegan al contacto íntimo de piel con piel. Cuando se entregan a sentirse, a ese, que es un acto sencillo pero a la vez complejo de entender. Donde se dejan tocar, se acarician, se sienten, se perciben y permiten la continuidad de sus cuerpos utilizando la piel como conector. Ahí, encuentran en esa piel, todo un interior, un pasado dándose a conocer.
Todas las células, que en cada rincón de ese ser adoptan una postura de entrega, se dejan percibir en conjunto. Logran la armonía al sentir que la presencia del otro las altera a todas y cada una, que las lleva a investigar como se es, cuando no se es uno.
Y así, dan cuenta afectuosamente de que cada una es otra, y finalmente, pierden el miedo a ser descubiertas. El misterio se desvanece, se aclaran los momentos oscuros y quienes estaban inseguras, se dejan llevar por esa calma.
En esa unión, se encuentra tranquilidad, sinergismo. Es la forma de actuar por uno, sabiendo que se es otro. Un enlace con la naturaleza, en el que cada ser de este planeta se encuentra en igual situación.
Este contacto, que llega a su máxima expresión en al fusión, es cuando uno y otro dejan de ser dos, para constituir sólo uno. Cuando ya no existe diferencia alguna, y hay una sumisión completa en el alma y cuerpo del otro. Ese momento, ínfimo y eterno de la única concepción natural, es el punto más pequeño capaz de unir dos vidas. Es donde finalmente dejamos de ser dos. En ese lugar, que es la fecundación, nace la vida. Una, compuesta de millones.


“tato” Clavijo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad muy bueno!! una forma muy clara de mostrar que somos capaces de crear cualquier cosa, solo es cuestión de entregarse a la vida.
Me gusta mucho lo que escribis, no dejes de hacerlo...

Anónimo dijo...

Tato te descoso

Anónimo dijo...

ver la naturaleza humana con los ojos de poema ...bueno tocayo

Anónimo dijo...

dar vida junto al ser amado,nunca mejor descripto.
gracias...